Live in America

13 de enero de 2013

Made In Japan de Deep Purple, París de Supertramp o P.U.L.S.E. de Pink Floyd son discos en directo que se grabaron con talento, pero con muchos medios. Grandes escenarios, enormes trailers, montones de roadies y maravillosas mesas de sonido en cada estadio. Jordi Ricol, el hombre que se agazapa tras Ree Kohl, sólo contaba con su arte y el amor y ayuda de su mujer cuando se propuso recorrer todos los Estados Unidos durante el verano de 2010.

El objetivo era dar a conocer las canciones de sus álbumes Cold War (2008) y The Neanderthal Phyletic Problem (2010) en la Tierra Prometida mediante el humildemente ambicioso Cold War American Tour. Por eso, Live In America no es un álbum cualquiera. Es mucho más. Es la historia de dos enamorados recorriendo el continente de este a oeste con los mismos recursos con los que lo atravesó Jack Kerouac y Neal Cassady en la biblia beatnik En el camino a finales de los cuarenta: poco dinero y mucha ilusión. Siete mil kilómetros montados en los autobuses Greyhound, noches en pensiones de mala muerte y algún blue hotel extraído de un álbum de Chris Isaak.

Pero ese recorrido por inacabables carreteras se tradujo en varios conciertos en pequeñas salas a lo largo y ancho del país. Por eso, cuando escuches estas canciones, sabrás que Las Vegas ya no sólo pertenece a Frank Sinatra, que el New York de Paul Simon y Art Garfunkel se rindió a los pies de Jordi, que Chiara estuvo allí apoyándole en todo momento y que esta obra que tienes en tus manos late con un corazón tan poderoso como el Strangers In The Night de UFO o el Back In The USA de Paul McCartney. Y eso que sólo se grabó con dos cosas: amor y arte.

FEDERICO NAVARRO, BARCELONA, NOVIEMBRE 2011